Miro hacia las estrellas y me doy cuenta de que todas son inalcanzables. Como los objetivos de las personas que sueñan cada día con cosas imposibles, que intentan conseguirlo, lo intentan, pero solo caen lágrimas, intentan dejar de lado el pasado, los momentos vividos, pero solo se escucha el silencio a solas en la habitación. A veces me siento sola, no le tengo, y puede que esto no sea lo que más me duela. Lo que más me duele es ver los que están ahí cuando hecho lágrimas, y no puedo parar. Empiezo a llorar, las lágrimas están al borde de mi párpado, intento no derramarlas, porque sé que me van a hacer daño, pero ya no las puedo detener, y caen.. caen, y cada lágrima que cae es una herida que se abre, que me hace daño y me consume por dentro. Tanto sufrimiento por alguien que ahora se está besando con otra. ¿de qué me sirve? Ni yo misma lo sé, pero son recuerdos, que duelen, que dañan cada milímetro de mi piel. Odio las noches, cuando intento dormir y todos los recuerdos vienen a mi, me rodean, me acorralan, no me dejan escapar, intento pensar en otra cosa, pero no puedo. Cae la noche, y las estrellas me hacen pensar, la luna se deja tapar por las nubes, las estrellas forman constelaciones que traen más recuerdos, buenos, malos, pero recuerdos al fin y al cabo. Cada canción que tiene algo que me hace recordarle. Intento superar esto, intento escalar cada montaña inmensa que me queda por alcanzar. Porque deseo salir de este agujero sin fondo, en el que estoy cayendo y deseo tocar fondo de una vez, para poder salir de él mismo.. Promesas que se hacen, y no se cumplen. Promesas que dañan, que me desgarran por dentro.
